El fraude anunciado


Por Massiell Largaespada

El fraude de las recientes elecciones municipales fue una consolidación del caudillismos de Daniel Ortega en Nicaragua. Realmente tenemos un presidente que le importa poco o nada el bienestar del pueblo. Colocar como candidato a la alcaldía capitalina a un hombre que solo sabe de rines, y peor todavía robarse las elecciones para que éste ganase es uno de los tantos disparates que sigue haciendo Ortega.

La violencia vivida las tres últimas semanas en el país son parte de la manipulación de Daniel Ortega sobre unos jóvenes que están siendo utilizados a cambio de unos centavos y un plato de comida al día. Ortega está jugando con el hambre de esta gente en vez de buscar alternativas que saquen a esos jóvenes de la delincuencia y buscarles opciones de trabajo para asegurarles un mejor porvenir. Promover la violencia no es de un presidente que profesa el amor y la unidad.

La hipocresía, la mentira y el doblez son algunas de las características que sobresalen en nuestro gobierno. Es indignante cómo utilizan el nombre de Dios para justificar sus fechorías. La primera dama de la república en la celebración de la victoria fabricada dijo sentirse orgullosa de la vivacidad de sus jóvenes para utilizar los morteros. En otras palabras está instando a estos hombres y mujeres a seguir generando violencia y atemorizando a la gente que somos más del 38%.
La situación económica del país cada día más va en detrimento. Daniel Ortega es responsable de la desgracias que ocurren en Nicaragua. Está perjudicando la economía y las relaciones internacionales. Gracias a las estupideces dEe Ortega el Gobierno estadounidense decidió congelar 170 millones de dolares destinados a inversiones en nuestro país. Nicaragua está en el ojo del huracán en los demás países. Los extranjeros que están en el país pronto saldrán corriendo.

Gente buena que ha aportado mucho al país como el Padre Italiano Alberto Boschi fue condenado a 2 años de prisión por un montaje político del frente sandinista en represalia porque corría como candidato a consejal del Movimiento Renovador Sandinista acusándolo de haber disparado en contra de un periodista del medio panfletario que poseen. Lo antes mencionado es una pequeña pero pequeñísima muestra de lo que ha sido el trabajo de Daniel Ortega como presidente. Y lo que vendrá después.......Dios nos ampare

A una semana de las elecciones


Por Massiell Largaespada

Faltan 7 días para las elecciones municipales y aún existen muchas personas que no se identifican con ningún candidato. Esta vez la estrategia de campañadel Frente Sandinista parece que les falló. Los actos de violencia cometidos por sus activistas no dan más resultado que el rechazo a votar por un partido que demuestra querer manipularnos a las buenas o a las malas. En las elecciones presidenciales hubo una campaña de "AMOR y RECONCILIACIÓN" según la consigna de la campaña, esta vez parece que el lema es la "CAMPAÑA DEL GARROTE" o "estás conmigo o te va mal" es lo que podemos deducir de las deplorables agresiones que los orteguistas vienen haciendo desde aproximadamente tres meses a los opsitores.

Lo que es más repugnante es la forma en la que están reprimiendo a los jóvenes que tienen criterio propio y que como en todo país "democrático", como es Nicaragua en la teoría, tienen derecho a disidir de la política del Gobierno actual, sin embargo están utilizando otros jóvenes que por prebendas partidarias están cogiendo una lucha entre si y parecen apostar a la ley del más fuerte amparados de la silla presidencial de Daniel Ortega.

Ojalá que el próximo9 de noviembre se desarrolle un climade paz y seguridad a la hora de votar, pero creo que lo más seguro es que se generen más brotes de violencia e intolerancia de los Sandinistas que no respetan a la competencia.

LA INTOLERANCIA EN LA SOCIEDAD NICARAGUENSE


Por Massiell Largaespada

A pesar del transcurso de los años, la intolerancia racial aún existe en el mundo y específicamente en Nicaragua. Están otros tipos de intolerancia como por ejemplo discriminación religiosa, social y política.

Siempre hemos escuchado que la intolerancia no deja crecer a la sociedad, pues crea una brecha entre unos y otros, sin embargo hay razones justificadas para sentir intolerancia. Actos de violencia, vivir en la pobreza, aceptar represiones hacia la democracia son hechos que todo ciudadano debe rechazar y por lo tanto no debe tolerar.

Hasta qué punto debemos ser tolerantes o no, depende de la situación. Las diferencias de clases, de color o religión no afectan a nadie, por lo tanto no se debe tener una actitud de intolerancia ante estas situaciones.

No obstante, los grupos de poder que con sus grandes influencias y hegemonía pretenden someternos a una dictadura que conlleva al detrimento de la sociedad si son merecedores de intolerancia total porque afectan en general a toda la sociedad nicaragüense.

Actualmente en Nicaragua se ha desatado una ola de violencia por parte de los simpatizantes del Gobierno que se apoyan en el poder de su máximo líder, el presidente Daniel Ortega para manipular y coartar la libertad de expresión de aquellos disidentes del partido.

Miembros de los llamados Consejos del Poder Ciudadano, diputados de la Asamblea Nacional por parte del Frente Sandinista de Liberación Nacional y demás militantes del partido evitan a toda costa el desarrollo de marchas de protesta en contra de las políticas del Gobierno que no responden al beneficio de Nicaragua.

Supuestamente en Nicaragua existe un Estado de Derecho en el que prima la democracia, sin embargo el Gobierno actual se empeña en instaurar una dictadura en Nicaragua, en la que no se permite pensar ni opinar en contra del partido.


· Intolerancia: debemos aceptarla o rechazarla

La mayoría de nicaragüenses se conforman con ver las noticias y rumorar sus criterios sobre los actos de violencia cometidos por miembros del Gobierno. Existe una sociedad silenciada, pasiva que está permitiendo los actos bandálicos del Gobierno, sin embargo esto debe ser rechazado. Debemos ser intolerantes a las represiones, al caudillismo, a la violencia.

Nicaragua necesita una sociedad que se levante y que sea intolerante a ser sometida por unos pocos que utilizan el poder para responder a intereses familiares que frenan el desarrollo de la nación.

Discriminar a quienes no son de nuestra raza, de nuestra misma religión o de nuestra misma clase social nos resulta fácil. Denigrarlos, referirnos mal de quien no comparte nuestras creencias es la típica intolerancia que manifestamos injustamente.

Lo que si merece nuestro rechazo absoluto es que Nicaragua cada día más vaya en retroceso económico, que los precios de la canasta básica incrementen cada día, que el salario mínimo esté por debajo de los 8,500 córdobas que es el precio promedio de la canasta básica mensual, que los pobres no tengan oportunidades de progresos y que los empleos cada día estén más inaccesibles.

Todavía existe una lista más larga de las cosas que no podemos seguir tolerando pero las aceptamos porque permanecemos pasivos ante tales azotes del Gobierno.

Promesas sin cumplir es lo único que hemos obtenido de nuestro Gobierno que ofreció una mejoría para los nicaragüenses, sin embargo hasta ahora vivimos en una ola alcista y en una incertidumbre diaria de saber cuánto más subieron los precios de los productos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir tolerando todo eso?